Una simple búsqueda en Google saca a relucir las críticas, temores y recelos que infunde Ryanair: condiciones de viaje, trato al público, los costes extras de la mayoría de servicios que ofrecen, aterrizajes forzosos… Estaba claro que tarde o temprano la mala reputación iba a hacerles mella y obligarles a replantear su política de atención al cliente. Tras los malos resultados del ejercicio anterior -en el cual el beneficio se redujo un 8% a pesar de que el número de pasajeros creciera un 3% llegando a casi 82 millones de viajeros- Ryanair ha puesto en marcha una fuerte campaña de marketing basada especialmente en los descuentos a familias con hijos, la remodelación de su web y varios cambios importantes en las condiciones de viaje. Todo sea por evitar que sus rivales -Easyjet, Vueling e Iberia Express, entre otros- les ganen terreno aunque, a pesar de las pérdidas, siga siendo la aerolínea más rentable de Europa.

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