Ahorra cada mes con la copa menstrual: introducción (I)

Este es un artículo que tenía ganas de escribir desde hace un par de años, cuando supe de la existencia de la copa menstrual, pero por un motivo o por otro lo fui dejando hasta que al final me animé. Y es que para mí era algo indispensable el poder probarla antes para poder hablar de ella, cosa que finalmente he hecho y os haré conocer mis impresiones sobre este producto que cada vez más mujeres descubren. Y es que parecería que se inventó ayer, pero ni mucho menos: la patente original data de los años 30 del siglo pasado.

Pero antes, concretemos conceptos para quien aún no la conozca: ¿qué es una copa menstrual? Pues no es más que una copa de silicona que, introducida en la vagina, recoge el fluido menstrual. Tiene unos pequeños agujeros en la parte superior que evitan el efecto ventosa y marcan el tope hasta el que puede llenarse e incluye un pequeño rabito o enganche en la parte inferior para poder tirar de ella y sacarla. Al contrario que los tampones, la copa no absorbe la sangre, sino que la contiene hasta que se extrae de la vagina y se desecha el líquido.

Beneficios de la copa menstrual frente a compresas y tampones

  • Es más sana, ya que al no absorber no estropea la flora vaginal. Utilizada correctamente (siguiendo las pautas de higiene necesarias) es perfectamente segura y, por lo que se sabe a día de hoy, no hay riesgo de sufrir el Síndrome de Shock Tóxico.
  • Es mucho más ecológica: no emplea celulosa ni es desechable, por lo que con su uso estarás contribuyendo a no estropear más el medio ambiente.
  • Es muchísimo más económica, ya que es un producto reutilizable cuya vida útil ronda los 10 años. Párate un momento a calcular lo que te gastas al año en compresas y tampones y multiplícalo por 10. Luego compáralo con lo que cuesta actualmente una copa: la mayoría de marcas oscilan entre 12€ y 20€.

¿Desventajas? Yo la única que le veo es que requiere un periodo de adaptación (normalmente de entre 3 y 4 ciclos) en el que aprender a colocarla y a retirarla. Pero en cuanto vas pillándole el truco, te das cuenta de que no era tan complicado como parecía en un principio: yo de momento ya llevo tres ciclos utilizándola y estoy bastante satisfecha en general, aunque aún no me atrevería a vaciarla en un baño público.

Buscando opiniones negativas sobre la copa he encontrado que todas guardan una cosa en común: vienen de personas que ni la han probado, ni la piensan probar, simplemente les crea rechazo. Yo pienso que dicho rechazo viene motivado por razones culturales, algo similar a lo que muchas mujeres pensarían hace unos 40 años sobre los tampones. Una cosa es cierta: la inmensa mayoría de las que nos atrevemos a probar la copa, nos abonamos a ella.

¡Os contaré más sobre mi experiencia con la copa en el siguiente artículo!

Segunda parte: Ahorra cada mes con la copa menstrual: mi experiencia (y II)

One comment

  1. Isabel dice:

    Hola!
    Soy usuaria de la copa menstrual desde hace un año o por ahí, y estoy muy contenta con ella. Supone un ahorro tremendo…pero tengo algo negativo para comentar y es que, al menos en mi caso, no puedo utilizar sólo la copa. Será por la forma de mi cuerpo o lo que sea, pero siempre acabo teniendo pérdidas al poco rato de ponérmela…necesito usar una compresa por si las moscas. Y tengo alguna amiga a la que le pasa lo mismo…
    En cualquier caso, es un gran ahorro de tampones, y mucho más ecológico!! Yo la recomiendo y en cuanto puedo, se la regalo a alguna amiga!

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